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Promover la actividad física en la infancia y la juventud

Los niños y jóvenes se benefician física y mentalmente al participar en actividades físicas regularmente. Las escuelas, familias y comunidades pueden ayudar a los menores a estar y mantenerse físicamente activos a lo largo de su vida.


 

La actividad física regular en la infancia y la adolescencia mejora la fortaleza y resistencia, contribuye a la formación de huesos y músculos saludables, favorece el control del peso, reduce la ansiedad y el estrés, aumenta la autoestima y puede mejorar la presión arterial y los niveles de colesterol. Las experiencias positivas asociadas a la actividad física en edades tempranas también ayudan a sentar las bases para que las personas se mantengan físicamente activas toda la vida.

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