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La doble moral en la intervención de la "autonomía" de las mujeres... El caso de Padilla..

Ya sé que definir moral y autonomía ha sido el asunto más complejo no sólo de la más clásica filosofía (hasta Dussel anda aún tratando hoy, de plantearnos 14 tesis para su definición anterior) sino en la práctica y el senti-pensar de los movimientos afro, feminista y afro-feminista o feminista afro-diaspórico, si es que se puede hablar de moralidad o autonomía al interior de los mismos... Sin embargo este artículo no será ni del movimiento afro, ni feminista, ni afro feminista... Quedarán de nuevo aquí, en mi Fb, consignadas algunas consideraciones frente al siguiente asunto...

no es del todo una comunidad rural y de hecho es la cabecera municipal de 6 corregimientos y 4 veredas, es una comunidad con costumbres que tienen que ver con un sistema de producción y reproducción basadas en el campo, donde sus más ancestrales pobladores cuentan en un ejercicio de memoria oral (porque en realidad hay poca cartografía seria del lugar, para quienes ésta no es una fuente legítima) que Padilla antes de ser la zona de concentración de las y los trabajadores de los ingenios azucareros del Cauca (Incauca y La Cabaña) eran grandes tierras "de nadie", de todxs o de algunxs que tomaban las formas de fincas productoras de naranjas, plátanos, café, CACAO, tabaco, limones, bananos, yuca, maíz, millo, soya y otra cantidad de productos que les permitía a las y los pobladores vivir de la producción sostenible y diversificada de éstos productos; qué además con una cantidad de conocimientos sobre la tierra, permitían no sólo que los productos fuesen "orgánicos" y d

El pasado mes de septiembre, se llevó a cabo en Padilla, un municipio ubicado al norte del Cauca con una población de no más de 13.000 habitantes una movilización con el propósito de evitar los embarazos no deseados en adolescentes en edad temprana que han venido en aumento, pero que para nadie es un secreto qué en una dimensión cultural, sin plantear por supuesto la cultura como una dimensión estable, inmodificable y perpetua de la vida de una comunidad, distinta a la urbana, la reproducción social y sexual en el campo, está relacionada a distintas labores que tienen que ver con el trabajo en el campo y con unas dimensiones y cosmovisiones de la vida que lejos de representar la reproducción por la reproducción, tienen un sentido social, ancestral e histórico...

Aunque padilla, e la mejor calidad, sino que las propiedades de la tierra pudiesen conservarse para el siguiente cultivo. Ésta fue durante años, la forma en que las comunidades suplían sus "necesidades" más básicas, les quedaba "su comía", cultivaban "su pedazo", intercambiaban el excedente y otro lo vendían en puerto tejada, Cali o poblaciones cercanas y también les quedaba para su botella de Caucano el fin de semana, “su pinta” y su buen tabaco...

Es cierto que la historia de despojo y explotación en el Cauca, a causa de la entrada de las grandes empresas de cubanos burgueses que salieron de dicho país después de la revolución en 1959 y de otros diversos fenómenos como por ejemplo la irresolución del problema de los baldíos por parte del aparato de administración del Estado Colombiano (claro, en favor de los empresarios y no las comunidades), modificó violentamente todas estas formas ancestrales de LA VIDA de dichas comunidades a las que para proteger su vida e integridad como "comunidad" y hasta como "invidividuos", si se quiere ver de esa forma, no les quedó de otra más que ir arrinconándose en sus propios territorios, que al menos, ancestralmente y no jurídicamente lo fueron... Y pasar de dueños y administradores de su pedazo a ser trabajadores y obreros (de nuevo a la esclavización en un nuevo patrón de producción distinto al de la esclavitud) de la gran industria de la producción de la caña de azúcar.

No pretendo plantear que ésta historia, sea una historia más que haya ocurrido sin resistencias o sin re-existencias, pero como bien plantea Bolivar Echeverría, "El método capitalista discrimina y escoge entre las posibilidades que ofrece la neotécnica, y sólo actualiza o realiza aquellas que prometen ser funcionales con la meta que persigue, que es la acumulación de capital (...) esto implica además reprimir sistemáticamente el momento cualitativo de la producción (...) y reprimir, todo lo que atañe a la 'posibilidad' de un trato diferente de lo humano con 'lo otro' (lo mismo humano o con la naturaleza) ... Y pues ni qué esperar del aparato del Estado que en complicidad con éstos empresarios crearon el miedo con pequeñas masacres, muchxs fuerxn amenazadxs y muchas y muchos otros mediante el discurso de la "ilegalidad" de sus terrenos fueron también “expropiados”. Ya lo decía Audre Lorde, "Las herramientas del amo, (el derecho por ejemplo) jamás destruirán la casa del amo" convirtiéndose ésta práctica en la "legalización del despojo"

Las desposeídas y despojadas generaciones posteriores (la mayoría) "migraron" (entre comillas porque si hubiesen tenido posibilidades de quedarse, en las lógicas aristotélicas del acto como potencialidad, lo habrían hecho) desterrados a los centros urbanos como Puerto Tejada, Popayán o Cali en "busca de mejora", además ya modificados y penetrados con respecto al modelo de éxito que debían seguir muy capitalistamente alrededor de su progresiva profesionalización y la consecución de su propiedad privada, casa, carro y beca en proyectos muy individuales y con el propósito fijo del olvido de aquello que les producía vergüenza, pero además un claro propósito, a raíz del choque cultural con la ciudad y el racismo aprehendido, de limpieza de sangre o "mejoramiento de la 'raza'".

Todo esto, que hace parte de la historia conocida y desconocida, (y que tiene todas las imprecisiones históricas que se quiera) era necesario para volver sobre el asunto de la movilización realizada con el propósito de evitar los embarazos no deseados en adolescentes en edad temprana en éste municipio... Me parece que, siendo una iniciativa de gente oriunda, es una iniciativa de gente profundamente permeada por los ideales capitalistas de éxito y todos los valores que se construyen en las cunas de civilización de occidente, las ciudades, y esto NO PER SE ES MALO, NEGATIVO, ETC... Quiero apelar es al desconocimiento de la dimensión cultural que implica para ésta comunidad rural su reproducción sexual y aunque sé que las condiciones ya no son las mismas y que de hecho, estas mismas condiciones no se prestan para "mantener un hijo" en la sociedad de hoy, y con las condiciones económicas de la misma me pregunto... ¿Qué derecho tienen ellos (ustedes) a intervenir ante una serie de valores culturales y de producción distintos...?

Como Mujer, urbana, heterosexual, feminista negra o asumiendo más bien el feminismo negro como practica perspectiva de análisis (no siempre tan consecuente, pero con todas sus implicaciones) y siendo tallerista de trabajo comunitario de estudiantes de once en el Colegio Almirante Padilla y viendo ésa misma realidad de la cantidad de niñas en estado de embarazo, teniendo la posibilidad de incluir en mis talleres salud sexual y reproductiva, y realizar dicha movilización, siempre me sentí cuestionada sobre LO POLITICAMENTE CORRECTO frete a éste asunto. Creí y creo (y aprendí de mis maestras feministas) que si la comunidad no lo pide, NO TENEMOS EL DERECHO, de ir a imponer con nuestras cosmovisiones tan "occidentalizadas, modernas, capitalistas, urbanizadas, progresistas, etc. de " lo que debe ser y lo que no" de lo que la comunidad “NECESITA y lo que no”... Y es que ¿quién me autoriza para decir a mí, que mi forma cultural de entender el mundo, y la reproducción sexual son superiores a las de ellos y ellas? El capitalismo, la ciudad, la modernidad, el progreso, occidente... También son una forma cultural de representación de la vida toda... Bajémonos ya del pajazo mental de la neutralidad, la imparcialidad y objetividad de la hybris del punto cero que aprehendimos...

Como feminista, diría ¡Que buena iniciativa! ¿no? ( ya sabemos lo que implica la maternidad para las mujeres en particular y más en estos modos culturales donde hay un abandono del padre (casi siempre)) pero también me pregunto, ¿se habrá trabajado con perspectiva de género? (pues al parecer las responsables de "quedar en embarazo" son sólo las mujeres, como si un óvulo se fecundara sólo, no hay una educación sexual donde se vincule a los hombres como responsables tanto como las mujeres del asunto), y como feminista NEGRA me pregunto ¿cuál es la dimensión cultural con la que se construye ésta campaña?

Porque frente a lo que pasa en padilla, tengo mucho por decir... Yo creo por ejemplo, que también se deberían realizar movilizaciones para crear una conciencia que EVITE QUE LAS MUJERES SOMETAN SUS CUERPOS A PELIGROSAS INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS EN NOMBRE DE "LA BELLEZA", A LA MODIFICACIÓN VIOLENTA Y DOLOROSA DE SU CUERPO, A LA REDUCCIÓN DE TALLAS EN ESTRICTAS DIETAS. Este viene siendo un fenómeno en aumento donde las mujeres ponen en peligro sus vidas para modificar las tallas de sus traseros, sus brazos o su cintura; sus rostros, etc... Éste fenómeno diría yo a vuelo de pájaro, que supera lejanamente, el número de embarazos en menores y que más gravemente, también es producto de unos estereotipos inculcados no sé dónde al lado de una profunda conciencia de limpieza racial y étnica que peligrosa y violentamente viene en aumento haciendo que principalmente mujeres se sometan hasta a crueles tratamientos estéticos...

Entonces, ¿qué tal si adelantamos una movilización de ésta naturaleza? una movilización que ayude, a las mujeres a sentir lo bellas que son sin implantes de silicona, sin suave brisas o ventarrones, liposucciones o lipoesculturas, sin perfilamientos de la nariz, disminución de labios, implantes de cabello o....... ¿ya no es tan importante para los machos promotores de la otra campaña porque son ellos (ustedes) quienes también ayudan a fortalecer estos estereotipos?

Ahí les dejo... porque quizás no esté tan lejos de lo que pase en otros territorios... de otros lugares del mundo...

El uso de la cirugía estética en todas sus manifestaciones se vincula, como pasa con el resto de las cosas, con cuestiones éticas y políticas. Tratar de resolver algunas de estas cuestiones es lo que nos ayudaría a comprender mejor los acontecimientos sociales y, así, tener más fácil la proyección de modos de vida alternativos.

 ¿es el sufrimiento, la consideración de las historias individuales de las mujeres, relevante para una crítica feminista a la cirugía estética?

 ¿convierte a quienes la usan en víctimas de una manipulación ideológica / patriarcal?

 ¿podemos afirmar que el “sistema de belleza femenino” obliga realmente a las mujeres a utilizar la cirugía?

 ¿es posible y acertado hablar desde el feminismo de elección o agencia en el uso de tales técnicas quirúrgicas?

El sistema de belleza occidental, en alarmante expansión por los canales de la globalización, se rige por unas determinadas pautas enfocadas a conseguir el “cuerpo perfecto” y, si no, lo más parecido a ello que las mujeres (y cada vez más hombres, he de apuntar) puedan conseguir.

Constantemente nos vemos bombardeadas, en cada esquina, emisora de radio, canal de TV, página de revista e incluso periódico, etcétera, por unas imágenes culturales que sostienen, reproducen y legitiman el “mito de la belleza femenina”.

Con una idea más o menos aproximada del lugar que han ocupado las mujeres a lo largo de la historia androcéntrica, en el imaginario social y en la vida real, no resulta difícil comprender por qué se sigue priorizando socialmente el cul(tivo)o de la imagen de las mujeres.

Para muchas feministas, esta cultura del cuerpo no es más que otra manera en que la opresión de género se manifiesta. Mediante ese mito de la belleza se sigue construyendo una feminidad sometida. Los discursos y prácticas que sostienen el sistema de belleza disciplinan a las mujeres a la vez que las entretienen en asuntos de poca trascendencia para su emancipación.

De esta forma, el uso de las técnicas de cirugía estética, relacionadas estrechamente con tal sistema de belleza, constituye una práctica indudablemente reprensible por quienes combaten el continuo sometimiento de las mujeres en la sociedad.

Aquellos que se encargan de llevar a cabo estas prácticas quirúrgicas, los cirujanos, así como todas aquellas personas defensoras o tolerantes con su uso, argumentan la “necesidad” o “utilidad” de la cirugía estética. En una sociedad en la que la apariencia es tan importante para la felicidad de una persona, nos dicen, la cirugía estética es un requerimiento para el bienestar de la paciente, una solución a sus problemas físicos. La práctica de las técnicas de cirugía estética, bajo este planteamiento, no sería más que una cuestión de pura elección para satisfacer ciertos deseos individuales.

Tras este planteamiento, sin embargo, se esconden a mi modo de ver dos cuestiones sumamente importantes. En primer lugar, aquella que hace referencia, aunque no de un modo directo, a la neutralidad de la técnica.

Al considerar quien escribe que la llamada neutralidad es otro truco teórico para legitimar las normas y medidas imperantes, no me queda si no reparar en los peligros que encierra el hecho de que los cirujanos simplemente respondan a los deseos de la paciente. Todas nuestras acciones tienen implicaciones éticas y políticas y, por tanto, no hay nada de neutral en las prácticas del cirujano que transforma los cuerpos. Porque, ¿cuál es el modelo al que todas estas operaciones tienden? ¿Cuáles son los rasgos físicos que se nos presentan en la sociedad como “deseables”?

En los últimos años, muchas mujeres con rasgos físicos no occidentales están entrando en los quirófanos para deshacerse de esas “señas étnicas” que sus cuerpos denotan. Mujeres del Medio Este se operan la nariz para parecer europeas y, así, conseguir quizá más éxito social. Antes, algunos judíos operaban sus narices para no ser reconocidos como tales, ahora, las asiáticas se operan los ojos para hacerlos más grandes y eliminar su particularidad rasgada. Encontramos incluso quienes alteran la pigmentación de su piel oscura para hacerla más blanca, un ejemplo de lo cual es muy conocido por todxs.

Sin lugar a dudas, este “uso étnico” de la cirugía estética merece una reflexión aparte pero, en cualquier caso, nos es útil para denunciar la supuesta neutralidad de la técnica, cosa que pretendo hacer aquí.

¿Cuáles son las razones que pueden llevar a muchas mujeres a someterse a una operación quirúrgica para transformar su apariencia física?

Para no caer en fáciles conclusiones las que se podría llegar desde una postura feminista, esta pregunta me parece de obligado planteamiento. Tratando de resolverlo, quizá, podamos encontrar respuestas mucho más útiles e inclusivas para las mujeres que la simple condena o victimización de quienes se operan.

El sufrimiento, aunque a veces parece que nos da vergüenza hablar de ello, es, para mí, el punto de inflexión de cualquier postura teórica y política. Más allá de que muchas mujeres deciden operarse para ser “más” guapas, sexis, jóvenes, atractivas, etc., lo cierto es que muchas de ellas lo hacen porque consideran que, así, podrán aliviar su aflicción o padecimiento.

Desde este punto de vista, por consiguiente, lo que hay que preguntarse es cómo las individuas significan su sufrimiento por una apariencia indeseada y cómo justifican en base a ello sus decisiones de hacer uso de la cirugía estética.

De lo que se trata, entonces, es de comprender. Para ello, hemos de empezar por la vida particular de las mujeres que hacen uso de estas técnicas. Lo que nos ha de importar no es tanto encontrar posicionamientos absolutos del feminismo sino la experiencia y las razones de las mujeres que han encontrado en la cirugía estética una vía para solucionar alguno de sus problemas. Al tiempo, esto podrá constituir las bases para el discurso, para la teoría y la práctica (de un tipo de) feminista.

No me gustaría que se entendiera que escribo omitiendo la consciencia de las dinámicas sociales de una belleza asfixiante. Mi intención, aprendida con gracia de la autora más abajo señalada, es la de proponer un balance crítico para abordar desde el feminismo la cuestión del uso de las técnicas de cirugía estética por mujeres.

Por un lado, ha de estar sólidamente presente la crítica a las tecnologías, a las prácticas y a los discursos que definen los cuerpos de las mujeres como “feos” o ?deficientes? y, por tanto, necesitados de cambio. Por otro lado, debemos abarcar una comprensión sociológica y, por ello, empática, del por qué las mujeres ven la cirugía estética como la mejor y, en ocasiones, única opción para aliviar su sufrimiento.

Todo esto es importante en un tiempo en el que cada vez más mujeres se operan, cada vez incluso más jóvenes. Un tiempo en el que el cuerpo de las mujeres sigue fuertemente aprisionado.

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